Ante la situación de la especie humana, nos damos cuenta de que hay suficientes elementos para considerar –desde el punto de vista de la biología– que es una especie que ya está en vías de extinción.
    Se vive hoy con el mecanismo de relojería que indica “colorín colorado, este cuento se ha acabado” y por tanto es difícil pensar en expectativas de esperanza, porque a la hora de plantearnos las posibilidades de cambio, nos encontramos con estructuras absolutamente rígidas e inamovibles.
    Este libro plantea que una posibilidad de gestar acontecimientos de esperanza es a partir de la mente de cada individuo, y que, poco a poco, de esas mentes individuales se vaya gestando una fuerza común.
 
    Ante esa situación, sí decimos que AÚN HAY ESPERANZA, para que dé tiempo a realizar lo que en principio estaba pensado dentro de la Creación, y así el ser humano como entidad viva en el Universo, pueda desarrollar todas sus capacidades.